martes, 2 de agosto de 2011

16 de Agosto - Día del Niño - Historia en Paraguay


La Guerra de la Triple Alianza (1864- 1870) es uno de los episodios más infames de la historia sudamericana. Esta confrontación fraticida la protagonizó el Brasil imperial de Pedro II junto a liberales argentinos y colorados de Uruguay, por un lado, y el Paraguay nacionalista del Mariscal Francisco Solano López, por el otro.
Cabe recordar que Paraguay estaba entonces a la vanguardia entre los nacientes estados americanos. No importaba artículos suntuosos, y los que necesitaba los canjeaba por productos del país que transportaba en sus propios barcos (entre los cuales contaba al primer vapor fabricado en América). En vez de endeudarse, contrataba los técnicos que necesitaba para fabricar trenes, telégrafos y canales de riego, entre otras cosas. Ya en 1845 no había analfabetos en Paraguay, y su industria textil y del algodón era la segunda en importancia detrás de la inglesa. Gran parte de esta historia se explica por la participación no declarada de Inglaterra en pos de destruir la competencia…
La conflagración resultó un desastre humanitario del cual la nación guaraní se llevó la peor parte. De hecho se calcula que murieron 800 mil paraguayos, quedando apenas 14 mil hombres sobrevivientes. Prueba de la carnicería a la cual fue sometida Paraguay fue la batalla de Acosta Ñu, producida el 16 de agosto de 1869, en la cual 3.500 niños paraguayos de 6 a 14 años, junto a un puñado de veteranos, enfrentaron a 20 mil hombres del ejército aliado. Los niños de seis a ocho años, disfrazados con barbas postizas para que el enemigo los tomara por adultos, se agarraban llorando a las piernas de la soldadesca para que no los matasen, y eran degollados en el acto. Escondidas en al selva próxima, las madres observaban el desarrollo de la lucha. No pocas tomaron lanzas y hasta llegaron a comandar a grupos de niños en la resistencia. Sin embargo, después de un día de lucha, los paraguayos fueron derrotados. El Conde D´ Eu, el sádico a cargo del Ejército aliado en esta batalla, mandó incendiar la maleza cuando terminó la lucha, quemando vivos a los niños y las madres que fueron a socorrerlos. No contento con ello, mandó a cercar el hospital de Peribebuy, manteniendo en su interior a los enfermos y lo incendió. Los soldados invasores se encargaron a su vez de empujar hacia adentro a quienes lograban salir de la deflagración. Seguramente no existe ningún crimen de guerra más hediondo que éste en América del Sur. Es por ello que cada 16 de agosto se conmemora el “Día del Niño” en Paraguay. Una historia digna de recordarse en toda la región, y que tendría que prevalecer a la fiesta consumista que se anuncia desde los grandes medios de comunicación.